miércoles, 28 de mayo de 2014

EL PIYAYO



¿Tu conoces al Piyayo:un viejecillo renegro,

reseco y chicuelo

la mirada de gallo pendenciero y hocico de raposo,

tiñoso que pide limosna por tangos

y maldice cantando fandangos gangosos?

 
¡A chufla lo toma la gente y a mi me da pena



y me causa un respeto imponente!


Ata su cuerpo a una guitarra que chilla como una corneja

y zumba como una chicharra

y tiene arrumacos de vieja pelleja.

Yo le he visto cantando, babeando,

de rabia y de vino bailando con saltos felinos,

tocando a zarpazos los acordes de un viejo tangazo.


Y el endeble Piyayo jadea,y suda y renquea

y contorsiones de ardilla hace con la sucia calderilla.


¡A chufla lo toma la gente

y a mi me da pena y me causa un respeto imponente!



Es su extraño arte su cepo y su cruz,

su vida y su luz, su tabaco y su aguardientillo

y su pan y el de los nietecillos;

churumbeles con greñas de alambre

y panzas de sapo que aúllan de hambre

tiritando bajo los harapos,

sin madre que lave su roña,

sin más sombra que la del abuelo

¡poca sombra porque es tan chicuelo!.



En el altozano, tiene un cuchitril.

¡A las vigas alcanza la mano!,

y por lumbre y por luz un candil.


Vacía sus alforjas que son sus bolsillos,

y bostezando, los siete chiquillos se agrupan riendo

y entre carantoñas, les va repartiendo

pan y pescao frito con la parsimonia de un antiguo rito

¡Chavales!, pan de flor de harina

¡mascarlo "despasio"! y este pescaíto ¿no es na?

¡sacao uno a uno del fondo der má!

¡gloria pura é!, las espinas se comen también

que to es alimento

así despasito ¡mu remascaito!


¡No llores Manuela¡

tú no pués porque no tiés muelas.

Es tan chiquita mi niña bonita.


Así despasito, mu remascaito

migaja a migaja, que dure.

Le van dando fin  a los cinco reales

que costó el festín.

Luego entre guiñapos durmiendo

por matar el frio muy apiñaditos.


La Virgen María contempla al Piyayo riendo

y hay un ángel que besa la frente de cada gitano chiquito.


¡A chufla lo toma la gente

y a mi me da pena y me causa un respeto imponente!



Autor: JOSE CARLOS DE LUNA (1890-1965)





No hay comentarios:

Publicar un comentario

Temas sugeridos

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...